martes, 22 de noviembre de 2011

El difícil arte de actuar


A principios de año tomé la decisión de empezar a estudiar teatro. En realidad, quería empezar comedia musical. Tal vez inspirado tardíamente por ver demasiados capítulos de Glee juntos, o porque sinceramente creía que era algo que iba a venir a llenar cierto hueco o necesidad de hacer algo a nivel artístico a mi vida. Amo los musicales, amo la música, pero amo también la actuación, motivo por el cual pensé que era la decisión correcta, Alla fui, entonces, me anote en una escuela de teatro, y ese fue el comienzo…y el fin de todo, basicamente. Ya en la primera clase, me tope con gente cuya máxima aspiración era la de bailar algún dia en el programa de tinelli, p la de simplemente matar el tiempo, por decir poco (esto debido a la bola que le daban a la clase; debo aclarar que no era gratis). Con el correr de las clases, y también desencantado por algunos profesores (demasiado estrictos, casi dictatoriales; no era esto una forma de arte?), mi entusiasmo se fue apagando, hasta que un buen sábado ya no volvi.
Había bajado los brazos, tiendo a deprimirme cuando empiezo algo y me va mal (quien no?) Hasta que un buen día, dando vueltas en Facebook, en otro de esos raids de insomnio, me tope con otra alternativa teatral. Allá fui, una vez más, atraído por la oferta de hacer algo menos estructurado, con un grupo de gente que, al menos en un principio, incluida la profesora, se mostraba prometedora. Pero la conexión nunca llego. Ya a la salida de la primera clase había unos criticando a otros y la profesora, moderna y pro (según ella) ya había echo gala de su homofobia declarando con algo de asco y burlonamente, que un famoso actor argentino era gay, como si eso le impidiera actuar o lo desacreditara de alguna manera. Cuando la cuestioné sobre el tema, sólo atino a decirme que, en realidad le molestaba de éste su mal carácter, su aire de diva. Empezó a mirarme fijo. Se dio cuenta que yo era diferente al resto, y, como la madre pato que separa al más feo, se dedico a dejarme de lado.  
Fui perdiéndole el respeto silenciosamente, paso a paso, clase a clase. Veia su intento de hacer amigos más que de enseñar, y se comenzaron a desdibujar los limites…y con ellos llego la falta de respeto. Y con ello, llego el curro escondido. Tuvimos 6 clases exactamente iguales, y de repente, llego la propuesta de hacer una obra. Al principio no lo vi, pero después, cuando llego la presión y el cordero se convirtió en lobo, vi aparecer al comerciante.  No era esto lo que buscaba, no era el grupo de gente con el que quería estar. No me interesa juntarme con desconocidos a fumar marihuana y a tomar cerveza caliente. Yo quiero expresarme. No me interesa hacer arte para sentirme superior. No era el momento, una vez mas, no era para mí.
Me preocupa que las vías de expresión artísticas estén manejadas por comerciantes, incluso aquellas que se presentan de forma alternativa. Sólo eso. Yo voy a seguir actuando, nadie va a frenarme. Mi película favorita es mi propia historia, y aún me queda mucho por contar. Esta es la versión del director, sean bienvenidos todos, una vez más, a mi vida.


1 comentario:

  1. El mundo nos golpea con su mano más dura... Pero lo mejor siempre nos espera adelante... Pensalo...

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